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36 Y continuó diciéndoles:

— Pues ahora, en cambio, el que tenga una bolsa, que la lleve consigo, y que haga lo mismo el que tenga un zurrón; y el que no tenga espada, que venda su manto y la compre. 37 Porque les digo que tiene que cumplirse en mí lo que dicen las Escrituras: Lo incluyeron entre los criminales. Todo lo que se ha escrito de mí, tiene que cumplirse.

38 Ellos dijeron:

— ¡Señor, aquí tenemos dos espadas!

Él les contestó:

— ¡Es bastante!

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